Hablemos del suelo V, profundidad efectiva

La caracterización del suelo es fundamental para determinar la forma en que aplicamos el riego a los cultivos. Gracias a esto podremos conseguir no perder agua por percolación y no provocar estrés en las raíces por abundancia de agua. Esta pequeña serie de artículos pretenden alojar cierta luz sobre los diversos factores del suelo que debemos tener en cuenta a la hora de regar.

La profundidad efectiva del suelo es el espacio en el que la raíz puede explorar y localizar agua y nutrientes sin encontrar grandes obstáculos. Como tal, es un factor crítico a la hora de establecer un cultivo.

Los suelos profundos proporcionan a las plantas una mayor cantidad de agua ya que son capaces de almacenar un mayor volumen de esta, pero, además, gozan de una mayor cantidad de nutrientes al encontrarse estos almacenados en los horizontes más profundos.

Los siguientes parámetros limitan la profundidad efectiva del suelo:

  • Presencia de roca madre en horizontes superficiales.
  • Alta presencia de piedra de mayor o menor tamaño a una determinada profundidad.
  • Horizonte de suelo muy compacto y endurecido.
  • Nivel freático elevado o presencia de un manto de agua próximo a la superficie.

En cuanto a clasificación de suelos según su profundidad, podríamos hablar de 4 categorías.:

  • Suelos profundos. Aquellos que tienen al menos 1 metro hasta llegar a una capa limitante.
  • Suelos intermedios. Con una profundidad de entre 60cm y 1m.
  • Suelos poco profundos. De entre 25cm y 60cm.
  • Suelos someros. Con menos de 25cm de profundidad efectiva.

La determinación de profundidad del suelo puede realizarse abriendo un perfil o utilizando una barrena.

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